
David Lynch nos sorprende una vez más con una película que sigue en la línea de El hombre Elefante; una película de sentimientos imposible de olvidar. Alvin Straight, de 73 años, recibe la noticia de que su hermano, con el que no habla desde hace mucho tiempo, ha sufrido un ataque al corazón; su último deseo, es ir a verle. Con esta premisa, Alvin cruza kilómetros y kilómetros encima de su cortacésped en un camino donde halla diferentes personajes que ejemplifican situaciones de la vida y con los que el protagonista entablará conversaciones de profunda honradez y sinceridad.
Todo es bello en esta película: los inmensos campos de maíz, la excelente fotografia, la música indolvidable de Angelo Badalamenti y las fantásticas interpretaciones de los actores principales: Richard Farnsworth y Sissy Spacek. La simplicidad del argumento lo convierte en maravilloso; una historia pausada, sin prisas, como la vida misma. El único punto que hallo negativo es la intención moralizadora que se desprende en algunos momentos; el cine puede moralizar (¡claro que sí!), pero desde mi punto de vista lo ha de hacer de un modo más sutil.
Sé que a muchos, esta película les resultará pesada, soporífera, aburrida, tostón, y otro tanto de calificativos despectivos, pero en fin, en el cine no todo tiene que ser tiros y efectos especiales. The Straight Story es una cinta para disfrutar y reflexionar sobre la vida.
"Lo peor de ser viejo es cuando recuerdas tu juventud."