No le busques moralejas, ni lagunas al guión (que hay miles), ni contradicciones argumentales. Battle Royale es, simple y llanamente, espectáculo. Sangre al estilo catchup y muertes perpetradas por una pandilla de mocosos en uniforme escolar. ¿Y todo eso a que viene? Porque algún argumento ha de tener, ¿no?
El mundo anda mal (si, peor que ahora, aunque no lo parezca es posible) y los jóvenes en Japón se rebelan.Un pragmático gobierno nipón decide elaborar la ley Royale, una ley en que, de forma regular, una clase es selecciona por sorteo para ser llevamos a una isla del demonio...y allí matarse entre ellos.De lo contrario, todos acabarían muriendo.
Con esta premisa argumental, Kinji Fujusako consigue crear un entretenido film sin demasiadas sorpresas, con muertes a granel (y además variadas) y que hasta incluye a una especie de Leticia Sabater en versión japonesa presentando el vídeo con las normas de la isla.
No te preguntes, por ejemplo, porque los padres no hacen nada cuando secuestran a sus hijos para un Gran Hermano macabro, ni porque los estudiantes no se huelan la tostada cuando se los llevan en autocar. Si quieres buscarle el lado profundo a Battle Royale, quizá preguntate:
¿Matarías para salvarte tú?
Por cierto, Hollywood pretende hacer el remake de este film... eso si que puede ser una masacre.
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