lunes, 20 de noviembre de 2006

"No soy un animal ! Soy un ser humano ! Un hombre!"


David Lynch, el controvertido director capaz de emocionar y a la vez sacar de quizio, nos trae en esta ocasión una bellísima cinta llena de ternura e incomprensión: El hombre elefante. John Merrick (John Hurt), un hombre que nace con una monstruosa deformación, vive sometido a su propietario, un despiadado feriante que regenta "Freaks". Un famoso médico (Anthony Hopkins) descubre al joven monstruo e intenta desatarlo de su pasado, intentando convertirlo en un ciudadano más. No obstante, esta tarea no será tan sencilla...
La película mezcla lo grotesco con la ternura. La incomprensión del protagonista enternece al espectador hasta límites insospechados; especial atenció a la escena en que Merrick es acorralado en los servicios públicos de un estación ferroviaria. Las interpretaciones, extremadamente cuidadas, llegan a unos límites inhóspitos. Todo es perfecto en esta cinta que poco tiene a ver con otras producciones del famoso director de Blue Velvet o Mullholand Drive.
Esta película merece ser vista una vez tras otra para contemplar el espectáculo visual que ofrece. Todo aquel que aprecie el cine como un arte debe dejarse seducir por la magia que desprende cada una de las escenas. Un clásico indispensable.
"¡¡¡Pasen y vean al increíble Hombre Elefante!!!"

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